Hagamos las cosas porque queremos, y jamás nos dejemos arrastrar. Sigamos el viento cuando éste sople en la dirección que nos interesa. Pero los vientos cambian, porque el mundo cambia. Y si el mundo cambia o cambia nuestra forma de percibir el mundo, no podemos quedarnos anclado en un plan que ya no se adapta a él. Hay que cambiar de planes, cambiar de ideas.
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